Deja de pensar en tu enamoramiento como “tu enamorado” y comienza a pensar en ellos como persona. Comprométase con él o ella como un ser humano, e interesándose en ellos, en lo que quieren y en lo que es mejor para ellos.
Pon lo que quieras, o lo que crees que quieres, a un lado por un momento. No tiene ningún derecho sobre ellos, incluido el derecho a objetivarlos como “su enamoramiento”. Si, cuando tienes que conocerlos como persona, crees que puedes ser compatible mutuamente de manera romántica, pregunta si quieren explorar esa posibilidad.