Enseño en la escuela secundaria y ni siquiera puedo decirles cuántos niños enseñan cada semestre que tienen frenos. Está en las docenas. Si tu escuela tiene tan pocos niños con aparatos de ortodoncia, debes vivir en alguna Zona Crepuscular extraña donde todos nazcan con dientes perfectos.
En mi escuela veo chicos y chicas con frenos que salen tanto como los que no lo tienen. No creo que haga ninguna diferencia en su “elegibilidad” de citas o lo que sea, porque los niños están muy acostumbrados a verlos.
No te diré que los frenos son divertidos. Sin embargo, cómo te presentas con ellos es clave. Al principio, ni siquiera querrás mirar en el espejo. Luego tus amigos dirán algo divertido, y te reirás y te darás cuenta de que ni siquiera intentaste esconder tus frenillos. Esa es una gran señal.
Si te avergüenzas de algo acerca de ti, llamas la atención sobre ello. Piense en algunos de los estudiantes más seguros de su escuela, hombres y mujeres. Aunque algunos pueden ser atractivos, apuesto a que algunos son simplemente promedio, con algunos defectos que pueden ser obvios. ¿Pero se escabullen por los pasillos, tratando de esconderse para que nadie los vea? No Tienen la actitud de “¡Aquí estoy, mundo, tómalo o déjalo!” Las personas se sienten atraídas hacia esa energía positiva.
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Imagina que conociste a una buena chica. A ella le gustaba, y ella era divertida, pero ella seguía bajándose. “Estoy muy gordo, no soy bonito, nunca seré bueno en nada”, etc. etc. Ugh, ¿verdad? Después de un rato de escuchar esto, te sentirías tóxico. Nadie quiere estar cerca de alguien que no se quiere a sí mismo.
Así que trabajen esos frenillos. ¡Llévelos con orgullo! Cuando los niños dicen “hey, ¿te pusieron frenillos?”, Dices “¡Sí, mira!” Y sonríe. Cuando dicen “Eso apesta”, responda con “Sí, un poco, pero no es gran cosa, y pronto voy a tener una sonrisa asesina”. Te garantizo que las chicas prefieren escuchar eso que murmurar algo y agachar la cabeza con vergüenza.
Probablemente tengas un par de años con esto, ¿verdad? Parece un tiempo tan largo, pero no decida de antemano que dos años de su vida van a apestar y se quedará en casa todos los viernes. Haz que sean los mejores dos años de tu vida. Y predigo que pronto verás a más personas en tu escuela con frenos.
PD: Desde el punto de vista de una mujer adulta, si viera a un hombre adulto con aparatos ortopédicos, lo admiraría, porque sus padres no lo obligaron a conseguirlos, decidió hacerlo él mismo. Admiraría su confianza e iniciativa en el cuidado de sus dientes.