Es difícil ser nostálgico cuando no puedes recordar nada.
Abril 2017
Perdí a mi abuela de 88 años por algunas complicaciones postoperatorias. Debo decir que ella era una mujer luchadora.
Sobrevivió al cáncer cuando tenía unos sesenta años.
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- ¿Tomar a alguien en un nuevo viaje en auto significa que es amor?
- ¿Cuánto tiempo me amarás?
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Ella se cayó y se fracturó la cadera cuando tenía unos 70 años.
Respiró por última vez en un hospital corporativo a altas horas de la noche. La mayoría de nosotros, 7 de sus hijos y algunos de los nietos estábamos allí, esperando lo inevitable.
La llevamos de regreso a nuestra ciudad natal en Odisha.
La mayoría de nosotros estábamos preocupados por su esposo, el padre de sus 8 hijos, mi abuelo. Estuvieron casados por más de 7 décadas; Más de 70 años es un tiempo suficientemente largo para que las personas se conviertan en una parte de la otra, casi una extensión.
Las coordinaciones se hicieron por teléfono, todos estaban empujando para arreglar cosas.
Parientes al azar aparecieron de la nada.
Comenzaron a compartir fragmentos de mi abuela, cosas que debí haber escuchado en innumerables ocasiones. Y clamaron a su corazón.
Algunos de nosotros todavía estábamos preocupados por nuestro abuelo.
Tuvimos nuestras dudas y desacuerdos sobre cómo debemos darle la noticia.
Finalmente, cuando empezaron los rituales. La difunta estaba vestida con ropas coloridas, cúrcuma y bermellón (considerados sagrados en las tradiciones hindúes) le fueron manchados.
Sus hijos
Sus nietos
Familiares: cercanos y lejanos.
Vecinos … se turnaron para tocar sus pies y repitieron los ritos.
Finalmente, el Pujari (el sacerdote) llamó a nuestro abuelo. Estaba en su habitación, recluido, lejos de los eventos que estaban sucediendo justo en la entrada de su casa.
Después de muchas deliberaciones, los ancianos en la familia prevalecieron. Algunos de nosotros lo bajamos al porche donde su esposa de más de 70 años yacía, inerte, en el sari que llevaba para su matrimonio.
El Pujari le pasó rápidamente esa mezcla de cúrcuma húmeda y algunas flores blancas.
Estaba tranquilo, miró un poco más a su esposa inmóvil: ajeno al caos que la rodeaba … y le preguntó, perplejo: “¿por qué está durmiendo aquí bajo el sol?”.
Esas palabras de mi abuelo de 97 años me enseñaron una o dos lecciones …
Inútiles son nuestros esfuerzos, inevitable es el fin.