Me doy cuenta de que podrías estar hablando de hombres solteros que están en una cita o algo así. Soy un hombre casado y ya no interactúo con muchas personas nuevas. Pero cuando interactúo con gente nueva, no hago muchas preguntas. Este es el por qué:
- Me imagino que si quisieran que yo supiera algo, me lo dirían.
- No me gusta “curiosear”. Podría pensar en una pregunta, y luego hablarme sin hacerla, porque creo que la respuesta no es asunto mío.
- Tengo miedo de hacer la pregunta equivocada y ofender a alguien o tropezar con una situación incómoda. Yo: “Entonces, ¿cómo terminaste en Chicago?” Ellos: “Mi primer hijo está enterrado aquí en el cementerio, y quiero estar cerca de ellos para siempre”.
- No me gusta cuando las personas me hacen preguntas en persona, así que me imagino que las estoy tratando de la forma en que quieren ser tratadas.
- A menos que ya conozca a alguien, lo más probable es que, de todos modos, no me importen sus respuestas. Hacer preguntas solo se convierte en una tarea de recordar respuestas.
- Sé que esto sonará mal, pero hay cuatro personas cuyos hijos han estado en el equipo de béisbol de mi hijo durante tres años. Todos nos mezclamos durante los juegos. Ellos hacen la mayoría de las conversaciones, pero de vez en cuando hago un comentario. Han mencionado sus nombres y profesiones muchas veces, y nunca lo recuerdo. En mi opinión, estas personas nunca serán amigos íntimos, por lo que no tiene sentido almacenar mentalmente información sobre ellos.