El amor siempre ha sido costoso. Exige tu vida, exige tu corazón, exige tu todo. Pero como con todos los análisis de rentabilidad, nunca se trata solo de costos, sino también de ingresos. El amor da mucho, y muy a menudo cuando ambas personas lo hacen bien, los beneficios del amor son asombrosos e ilimitados. Vale la pena el costo.
Las mejores cosas no son baratas. 🙂