Cada vez que tenga ganas de decir algo, hay una intención de decirlo antes de decirlo. Puede ser sutil, pero siempre está ahí. Empieza a notar esa intención. Concienciar a la intención e incorporar una pausa entre darse cuenta de la intención y hablar. Esto reducirá las reacciones verbales ciegas. Con el tiempo y la práctica, notará la intención de hablar a medida que surja, y desde allí podrá decidir de manera más racional si debe o no decir algo.
Cómo aprender a morderme la lengua.
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Mudarse a un estado del sur en los Estados Unidos. O bien aprenderás a morderlo bastante bien, o tendrás un golpe de vuelta de regreso a donde viniste. 🙂
Pero en serio, ayuda si
- deja que la otra persona dirija la conversación más que tú.
- nunca, nunca te atrapen profesando una opinión en una compañía mixta que pueda asustar a cualquiera (sí, lo sé… no es fácil) Guárdalo para amigos de confianza.
- deje unos segundos de pausa entre el momento en que lo piensa y el momento en que lo dice
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