¿Cómo es no ser realmente necesario para nadie?

Es un alivio no depender de otras personas, no exigir que otras personas lo apoyen, brindarle una sensación de seguridad y equilibrio.

Cuando dejas de sentirte necesitado, descubres un estado natural que está vivo, energizado y no comprometido por los juegos del ego que buscan y buscan a tientas algo que presumiblemente te falta: tu propio corazón y tu alma.

Todos nos necesitamos, pero es posible estar cuerdo, experimentar esta profunda paz que surge sin vínculos ni advertencias.

Si puedes alejar tu conciencia de la dependencia y simplemente comenzar a contemplar la libertad que existe fuera de la necesidad y el deseo, puedes probar esta libertad, que ahora está disponible para ti.

Suelta el mundo por unos minutos todos los días, ya sea a través de la meditación o el ejercicio físico, el yoga, el caminar, date el regalo de la independencia radical total del mundo material y puedes comenzar a desarrollar un gusto por este tipo de libertad de ser.