¿Las herramientas tecnológicas modernas, combinadas con una mentalidad monetaria floreciente, nos hacen perder la fe en todas las ideologías, haciéndonos dóciles, desprovistos de sensibilidad, convirtiéndonos en parásitos obsesionados con los intereses capitalistas, que desprecian hipócritamente a la sociedad “injusta”?

Hasta el punto.