No tenemos control sobre lo que piensan o hacen otras personas, pero tenemos control sobre lo que hacemos o pensamos. No es tu deber cuidar sus emociones o fantasías, tu vida es sobre lo que quieres. Evítalo y dile con severidad en su rostro que no lo quieres. Mantén una buena distancia de él. A veces las personas vuelven al camino cuando saben que han perdido el respeto en el corazón de alguien.
También cuéntele a al menos una persona confiable en su familia sobre esto, de modo que si surge la necesidad, alguien debería estar a su lado. Solo relájate, come, baila, haz lo que quieras y no pienses más en él. 🙂