La respuesta obvia solucionada en este caso sería la educación, pero la mayoría de nosotros lo aprendemos de la manera más difícil.
15 es un camino muy resbaladizo, al menos fue para mí. Caes en la ilusión del amor y estás dispuesto a dar cualquier paso sin pensar en las consecuencias. Por ejemplo, tomé las matemáticas junto con la biología en la clase 12 como mi materia opcional porque mi novia no quería que fuera doctora.
Consecuencias después de una ruptura muy fea.
- Estaba devastado. Fue el fin del mundo para mí.
- Me tomó un año arreglar las cosas en mi vida nuevamente.
- Anoté 36 puntos en matemáticas en mis tableros.
Pero francamente hablando, no me arrepiento de nada de eso ahora. Creo que mi relación me hizo lo que soy ahora. Fui introvertido, muy reservado y egoísta. Aprendí a amar, a cuidar ya pensar más allá de mi interés personal. Me hizo comprender cuán importantes son las decisiones de la vida y que siempre hay una salida a cada desorden en el que estás. Me hizo emocionalmente estable.
- ¿Cuál crees que es la dificultad de decirle a alguien que los amas?
- ¿Qué se puede comparar con cómo te sientes cuando alguien que amas te rechaza?
- ¿Puede alguien amar y odiar a la misma persona de manera oscilatoria (amor, odio, amor, odio, etc.)? ¿Es una enfermedad?
- Mi soledad durante los últimos años me ha hecho odiarme. ¿Cómo puedo encontrar el amor para mí mismo cuando nadie más lo hace?
- ¿Puedo amar a un hombre pero odiarlo como jefe?
Las relaciones adolescentes no están destinadas a ser para siempre. En la mayoría de los casos es solo una aventura. Si digo que te concentres en tu carrera y educación para un joven de 15 años, pensaría que soy estúpido. Él tiene que aprenderlo de la manera más difícil de saber por sí mismo.
Así que mi consejo sería ir por una relación. La edad en realidad no importa. Te enseña mucho y eso también de una manera muy dura que siempre recordarás. Pero tenlo en cuenta si no funciona, no es el fin del mundo . Tienes mucho que esperar y, lo que es más importante, no hagas nada estúpido porque nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo.