Todos mis amigos piensan que me voy al extranjero pero no puedo ir debido a las condiciones financieras. ¿Qué debo decirles ahora?

Dígales: “Maldita sea, estoy en quiebra y no puedo ir después de todo”. Este no es un secreto vergonzoso, es la vida. Y los amigos no juzgan a sus amigos por la cantidad de dinero que tienen o por lo lejos que pueden viajar.