¿Las personas con discapacidad auditiva agradecerían una innovación como ‘audio-braille’? Especialmente las personas con una corteza auditiva dañada?

En primer lugar, somos sordos, o si debe hacerlo, sordos o con problemas de audición. Nunca somos “discapacitados auditivos”, excepto en la mente de las personas oyentes. Llamarnos “discapacitados auditivos” es un doble insulto al enfrentarnos primero a los oyentes en lugar de a los sordos, y al mismo tiempo, situarnos como “personas auditivas defectuosas”, que no somos.

Segundo, somos sordos, no ciegos. A menos que seamos sordociegos o tengamos relaciones cercanas con sordociegos (o personas ciegas en general), la mayoría de nosotros no sabemos cómo leer Braille. Y convertir algo en un audio-braille tiene aún menos sentido, ya que … ¡NO PODEMOS ESCUCHARLO!

Esta idea tiene tanto sentido como inventar una máquina de hacer hielo para los esquimales.