¿Necesitamos un amigo con quien podamos compartir nuestros asuntos personales que no podamos compartir con nuestra familia?

Creo que sí. Por otro lado, el dicho dice que no debes decirle a tu mejor amigo nada que no quieras que tu peor enemigo sepa.
Es bueno tener un amigo en el que podamos confiar, pero la parte difícil es garantizar que realmente se pueda confiar en ellos. Lo último que quieres es derramar tu corazón para tenerlo como titular en el periódico del día siguiente.