A algunos chicos les gusta porque les hace sentirse varoniles atender cada pequeño capricho de una mujer. Llegan a verse a sí mismos como proveedores.
Tiendo a no pensar demasiado en esas cosas. Ni siquiera creo que registraría conmigo que la niña era “de alto mantenimiento”. Simplemente miraba a esa mujer y, de manera subconsciente, decidía muy rápidamente: “no para mí”.