Una cosa que viene a la mente es practicar ponerse en su lugar. Imagina cómo te sentirías si fueses de unas vacaciones geniales o finalmente terminaras una mala relación. Absorbe esa sensación como si fuera algo que está sucediendo en tu propia vida. Es una buena sensación, y le sucede a alguien que te importa, incluso si no puedes sentir la emoción de la felicidad para ellos, al menos reconocerás internamente que lo que sucedió es bueno.
Lo complicado aquí es la envidia. Cuando nos ponemos en el lugar de alguien más, es peligrosamente fácil comenzar a compararnos con ellos. Intenta evitar eso. Reconozca que cada uno de ustedes tiene su propio camino individual y que no hay necesidad de comparaciones.
Además, no te castigues si no logras despertar esa sensación. Las emociones no son la única confirmación de que te importa, y creo que el hecho de que quieras sentirte feliz por ellas es una prueba suficiente de que te importa.
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