Sí. Había una vez este chico en la universidad; era presidente de una fraternidad, una de las fraternidades que era menos agresiva. Era muy amable y gentil y MAGNÍFICO, con grandes ojos marrones y el cabello a juego. Estábamos dando un paseo hablando de algo (no estábamos saliendo ni nada) y tuvimos que pasar por su habitación en la casa de la fraternidad para conseguir algo. Su habitación, maldita sea todo, estaba llena de muebles antiguos de cerezo, que incluían una cama con dosel con cabeza gruesa tallada y estriberas. Quién sabía que casi tendría que levantarme y echarme a correr para alejarme de los sentimientos que esa situación, esa disposición de muebles tenía conmigo en medio de todo.
Perdí la capacidad de hablar y seguí mirando alrededor de la habitación, no me dejes mirarlo, él sabrá lo que estoy pensando con seguridad. Él debe haberlo hecho sin embargo; Era un pajarito cuando le dije que acababa de recordar que tenía que estar en algún lugar … eso sería en cualquier parte, excepto en esa habitación con él. Que buen chico sin embargo