He tenido esa experiencia no solo una vez.
Con mi esposo … Le diagnosticaron insuficiencia renal terminal en febrero de 2005 y murió en octubre del mismo año.
Fue una experiencia desgarradora verlo cambiar gradualmente su personalidad. Solía ser alegre, siempre contando chistes. Luego se volvió tan tranquilo e irritable que solo hablaríamos cuando lo necesitara. Solo lo dejé ser así.
Con mi novio … Me reveló que tiene cirrosis hepática en febrero de 2016 y falleció en julio del año pasado. Rara vez nos vemos porque es de otra provincia. Simplemente nos comunicamos a través de texto y llamamos.
- Debido a mi fracaso amoroso, superé la depresión y otras chicas no creen que estoy soltera. ¿Qué tengo que hacer?
- ¿Está bien, si trato de estar en contacto con una chica que está fuera de mi liga, no porque la quiera, sino por curiosidad por conocerla?
- ¿Qué es más doloroso, la muerte de un ser querido o la pérdida de una relación?
- Según la Biblia, ¿debemos también amar a nuestros países vecinos?
- Ella dijo que me ama pero que no quiere que salgamos, pero quiere que yo sea su amiga. ¿Debo dejarla ir?
Sé lo grave que era su enfermedad, pero seguí orando por un milagro cada noche, sin embargo, no era para él.
En sus últimos días, me mandaba un mensaje de texto a medianoche o al amanecer, diciéndome que no podía dormir. Leer su mensaje en la mañana me rompe el corazón al saber que su enfermedad lo está privando de un sueño muy necesario. Evité llamarlo porque no quería escuchar su voz triste.
Durante esos momentos, traté de vivir lo más normalmente posible, incluso si hay un dolor persistente en mi corazón. Esa fue mi única opción, de lo contrario mis dos hijos se verán afectados.