El mío es un amor al duodécimo grado para ser precisos, y no había nada como “enamorarse” de él. ¡Sigo con él, celebrando cinco años de convivencia! 🙂
Mira, la cosa es que si (ambos) tomas en serio una relación, puedes llevarla al matrimonio, no importa cuándo y cómo comenzó. A veces, las historias de amor más locas e inesperadas, hacen los matrimonios más confiables y confiables. ¡Nunca sabes lo que el destino tiene para ti! 🙂