La vida es el intervalo entre el nacimiento y la muerte y necesita llenarse con el esfuerzo de uno mismo de acuerdo con el dharma o la vida de justicia. Practicamos querer más que necesitar; tienen ira desenfrenada y codicia; codicia inigualable, orgullo y, por supuesto, todo se trata de “I-Me-Mine”.
Desafortunadamente, los humanos vivimos en el extremo inferior de la kundalini expresándonos con una lujuria desenfrenada confundida con amor, y repetidas promesas de oración hechas a alguna deidad, llamamos “religión” y nunca cumplimos con nuestras promesas de “inofensividad”.