Actualmente soy cofundador y jefe de dos organizaciones estudiantiles y una startup.
Cuando las personas me preguntan cómo me va, por lo general respondo con la palabra “ocupado” en alguna parte. Yo tampoco mentiría, ya que estos compromisos consumen más tiempo que un trabajo a tiempo parcial. El trabajo es esencialmente sin parar.
Algunos de mis oficiales han programado reuniones conmigo para cuestionar mi salud y mi salud mental. Pero no importa con qué frecuencia suceda, mi respuesta es siempre la misma.
Lo hago porque nunca he sentido más pasión por nada más en mi vida.
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No es una opción; es un deber. Tengo las mismas 24 horas al día como todos los demás, pero elijo trabajar de manera eficiente y “hacer” el tiempo para las cosas que amo. Y vale totalmente la pena. Si hay una voluntad, entonces hay una manera.
Si me encuentro con una mujer que pasa mis normas, entonces confía en mí, haré tiempo para ella. Porque ella lo valdría, y eso es todo lo que me importaría.