¿Te has casado con alguien por su intelecto y personalidad y luego te arrepientes por razones físicas?

Hace décadas que estoy casada con una mujer que, antes de salir, nunca le había prestado atención, a pesar de trabajar juntos casi todas las noches en un restaurante de comida rápida. Pero ella y yo (y otra niña más joven) trabajamos juntas como un gran equipo y realmente nos divertimos en un trabajo que definitivamente no siempre es divertido.

Cuando me hizo saber que estaba interesada, yo (en la primera cita) cambié rápidamente la forma en que la vi. Y ella nunca ha vuelto a lucir igual (para mí) de nuevo.

Ahora que he compartido mi experiencia relevante, puedo responder tu pregunta:

Sin arrepentimientos, le debo todo lo que tengo y todo lo que he podido lograr. Y la atracción sigue siendo muy fuerte para mí, 33 años después.

Mi consejo para su situación:

Si disfrutas tanto de su compañía, sigue haciendo eso. Si ella está pidiendo algo más que amistad, sin ambigüedades, debe ser honesto acerca de su posición. No la guíe, considerando abiertamente el matrimonio con ella, si no se siente atraída por ella sexualmente. Pero, si ambos disfrutan de pasar el rato y conocerse, siga adelante y conviértase en un amigo tan íntimo como honestamente se sienta cómodo. Mi punto, basado en mi experiencia, es que la forma en que te ve cambiará, en una u otra dirección, cuanto mejor la conozcas. Si ella no logra lucir atractiva para ti, sigue siendo amiga y solo disfruta eso. No pienses en proponer un matrimonio o una relación romántica a menos y hasta que sientas lo mismo por ella, o te causará un gran dolor a ambos.

No se puede predecir cuánto tiempo tomará tal cambio, pero si ya la conoces muy bien y durante mucho tiempo, debes mantenerte abierto a otras mujeres donde la atracción y otras cosas puedan unirse más rápidamente. ¡Buena suerte!

Extiéndelo a una mujer que también enciende tu fuego. (Si el sexo fuera una opción antes del matrimonio, diría que pruebe esta relación, ya que a veces el buen sexo y la gran amistad bastarán para enamorarse).