Yo soy, y tú también deberías ser.
Soy la única persona que no puedo salir de mi cabeza. Me sigue por todos lados donde voy. Cuando estoy solo en una habitación estoy solo con él.
Él conoce todos mis secretos, ve todos mis pecados y siente exactamente lo que yo siento.
No puedo esconderme de él.
Y, bueno, él siempre está ahí para perdonarme. Él siempre escucha también. Y él está ahí para hablarme dentro y fuera de las cosas.
Si estás haciendo algo por lo que no puedes perdonarte, definitivamente no deberías hacerlo.
El punto es que no somos solo una persona. Decimos “yo” porque ese es el círculo que nos aleja de todo y de todos los demás. Pero dentro de ese círculo hay una multitud.
Ahí está el feliz, el ocupado, el preocupado, el cansado, el borracho y el hambriento gruñón.
Ahí está el niño, el padre, el hombre, el niño y los indicios del anciano en el que todavía tengo que convertirme. Están todos dentro de ese círculo.
¿Sería amigo de mí mismo?
Solía ser super serio. Conseguí un boleto una vez en Hawai para ello. El oficial dijo que no puedo caminar por las calles con esa expresión en mi cara. La cuestión es que estaba con mi esposa, perfectamente feliz, pensando “qué hermoso día”. Me hizo darme cuenta de lo tensa que estaba en el momento en que me hizo sonreír.
Soy bueno para ser serio. Me criaron en serio. Pero ese tipo no aparece tan a menudo como solía hacerlo. No es que ya no sea amigo de él, pero invito al chico más divertido con más frecuencia, especialmente con mi hijo de 2 años.
Si no fuéramos todos amigos, estaríamos en malas compañías. Y si tenemos una opinión sobre cómo se comportan todos y cada uno de ellos, nos conviene a la introspección, el respeto, la amistad y el entrenamiento de cada faucet de nuestra intrincada, complicada y delicada orquesta, que para el exterior es solo una. siendo.
Así que trabaja en ti mismo, uno mismo a la vez. Así es más fácil.
En el momento en que me di cuenta de que no soy una persona, finalmente tuve una opción. Y mi ego se fue. Oh, ¿él ahora? Supongo que se está escondiendo. Aparte de la parte que está al frente y en el centro en cualquier momento, el resto de ustedes, el resto de nosotros, siempre estamos ahí. Solo se esconden, o están dormidos.
Prefiero verlos a todos dormidos.
Del escritor que hay en mí al lector que hay en ti, saludos.