Hay un tipo que siempre me mira en el gimnasio, y ayer ofreció su ayuda para guardar un peso. ¿Le gusto a él?

Bueno, en ese caso, lo has mirado la misma cantidad de veces que él. Supongo que porque los dos hicieron contacto visual varias veces, pensó que podría haber necesitado ayuda con las pesas, por lo que preguntó. Así que no asumas que le gustas y en su lugar, solo pregúntale.

Mire en su interior y descubrirá que ya sabe la respuesta a esta pregunta. Pero en caso de que no lo hagas, le gustas.

Dale la oportunidad de guardar pesas, demorarte mientras lo hace y no te alejes para dejarlo solo en la tarea. Él vino para darte una mano, ahora es tu turno de abrir una conversación con él.

Y no le haga preguntas que pueda responder con un “sí”. Si tú y él intercambiaron miradas, lo que hiciste, y estás preguntando si le gustas, entonces hay espacio para una amistad aquí. Ha dado el primer paso crucial y las felicitaciones a él. Ahora es tu turno. Pregúntele cómo llegó a disfrutar lo que hace en el gimnasio. Sé el que está atento y escucha. Los amigos siempre son bienvenidos.

No asuma Pregúntale si quiere comer algo o algo. Si él tartamudea inesperadamente con sus palabras, entonces usted tiene su respuesta. Preguntar en el gimnasio. Atrapa a la persona, ya sea en guardia o fuera. Todo el mundo necesita comer y guardar pesos. Creo en la igualdad de oportunidades. Puede que le gustes, pero ¿quiere un bocado para comer?

Yo creo que si