He salido con un puñado de hombres ricos de ejecutivos de Fortune 500, bebés de fondos fiduciarios, banqueros y empresarios exitosos. En su mayoría tiene algo que ver con mi amor por el aspecto de Mad Men. Me encanta vestirme como si fuera de finales de los 50 – principios de los 60. Adoro a los hombres que visten hermosos trajes. Los hombres que pueden pagar trajes a medida bien ajustados a menudo ganan mucho dinero.
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Siempre es interesante que casi todos usen dinero para impresionarme. Hablan de sus coches, sus yates, sus propiedades, sus negocios. En realidad se pone muy molesto. Ellos comentaban “otros hombres no pueden darte XYZ”. A menudo solo me rio y cambio el tema. Es un insulto a mi inteligencia que piensen que los adoro por su riqueza. La riqueza, el poder y la fama se desvanecen. Soy practica Yo buscaría mucho más.
Una vez un chico me envió una foto de su tarjeta negra. Mi colega vio la foto y me dijo que debería borrar el nombre y los números y la historia de Instagram. Yo no lo hice Tuve la sensación de que hay un lado que no he visto todavía. A menudo actuamos de cierta manera para ocultar la verdad. Lo he hecho un millón de veces.
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Le pregunté a su mejor amigo cuáles son las 3 mejores cosas de él. La mejor amiga me contó cómo se conocieron.
“Lo conocí en XXX cuando era súper rico y yo era un camarero que lo servía. Me trató como a un hermano, cuando la mayoría sería condescendiente o simplemente desdeñoso …”
Detrás de una fachada llamativa y arrogante, había un chico agradable con un gran corazón. Esa historia fue 100 veces más atractiva que la pegajosa foto de la tarjeta negra. La tarjeta puede ir y venir. Pero la forma en que un hombre trata a alguien que no tiene nada que ofrecerle dice mucho sobre él. Esa historia me hizo sonreír.
La mayoría de los hombres tratan de impresionar a las mujeres con su riqueza y éxito. Pero se olvidan del hecho de que la mayoría de las mujeres quieren que alguien se refugie y las hacen sentir seguras. Una mujer quiere sentir que le vale algo.
Es tan sexy cuando alguien trata a los demás con amabilidad. Si un día no tengo nada que ofrecerle, puedo esperar que no me eche de menos como los botines de la temporada pasada.
Para un hombre que me enseñó a no juzgar a una persona después de la primera impresión.