Es extraño cómo vagamos de tema en tema y de amante en amante en la danza de la conciencia. Lo hacemos sin esfuerzo, como si algo en la curiosidad errante fuera la forma natural. ¿Cuál es entonces la conexión con nuestras instituciones de monogamia y matrimonio? ¿Estas instituciones imbuyen un sentido de distracción y falsa seguridad al crear la imagen de la constancia? Ningún día es igual (los llamamos “lunes y martes”, pero todos los días son realmente solo el siguiente), los cuerpos cambian, al igual que las mareas y los vientos. El flujo es constante, en el mundo exterior y en los mundos internos de nuestras mentes, desde los cuales erigimos el andamiaje del compromiso. Sin embargo, en la misma mente, pensando en un océano de pensamiento y emoción espontáneos, el pensamiento de diferentes amantes nos rechaza, “comprometidos” o no. ¿A quién sirve la ilusión de compromiso? Es lo que nos han dicho, criado para creer, como cualquier tradición o norma, sin embargo, todo esto cambia, fluye y fluye con el tiempo también. Observa el cambio y crea ilusiones de constancia; Por lo tanto, la culpa se debe al malentendido de que no aceptamos lo que es y, en su lugar, confundimos el problema al tratar de aferrarnos de manera segura a nuestras mantas de confort conceptual, de la misma manera que los niños sostienen los osos de peluche y los juguetes.