Cuando no pueda realizar las actividades normales ni continuar con su trabajo o esforzarse por alcanzar sus metas obsesionándose con lo que el otro en su relación está haciendo en ese momento o queriendo estar siempre en contacto, automáticamente sabrá que está atrapado en esa relación.
Una relación es saludable cuando permite espacio y libertad para que ambos ayuden a lograr sus objetivos con o sin apoyo mutuo. Es bienvenido cuando desarrolla confianza para que uno no tenga que preocuparse por la lealtad del otro en ningún momento. Es bueno cuando infunde madurez e indica responsabilidad cuando ambos saben que el otro está ahí cuando uno necesita ayuda y que ninguna ausencia en el tiempo y la distancia entre ellos se interpondrá y lo perturbará.