El amor es un viaje de drogas
La primera atracción, las primeras “chispas” en el aire seguidas de enamorarse son causadas por la combinación de tres neuroquímicos: feniletilamina, norepinefrina y dopamina.
La norepinefrina, como se desprende de su otro nombre de noradrenalina, estimula la producción de adrenalina, que hace que nuestro corazón se acelere, y que las palmas suden. El alto nivel de norepinefrina en el cerebro aumenta la experiencia de alegría y reduce el apetito.
La dopamina es el más misterioso de estos tres neuroquímicos. La dopamina no es solo un precursor de la norepinefrina, sino también un neurotransmisor. Esto significa que, además del sistema de norepinefrina, también hay un sistema neurotransmisor de dopamina. Brevemente, la dopamina nos hace sentir cada vez mejor al activar hasta cinco tipos de receptores diferentes en el cerebro, que, por supuesto, se llaman “receptores de dopamina”. La mayoría de ellos están asociados con los sistemas de placer. del cerebro, proporcionando sentimientos de placer y refuerzo para motivar a una persona de manera proactiva a realizar ciertas actividades.
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El último pero no el menos importante es la feniletilamina (PEA), actúa como un agente liberador de norepinefrina y dopamina. La primera atracción nos hace producir más PEA, lo que resulta en esos sentimientos vertiginosos asociados con el amor romántico. Grandes cantidades de PEA aumentan la energía tanto física como emocional y al mismo tiempo liberan más dopamina.
Los seres humanos NO quieren reconocer que el “Amor” es una culminación de los productos químicos producidos por el cuerpo y desea que sea más que eso, pero lamento que así sea como estamos construidos psicológicamente.