Voy a reformular un poco tu pregunta: no estaría con un amante que mantendría o quisiera ocultarme secretos importantes.
La idea de “dejar” que alguien haga algo implica que trataría de controlar a mi pareja: algo que no nos traería felicidad a ninguno de los dos. Si una relación llega a un punto en el que siento la necesidad de controlar su comportamiento (en lugar de confiar en que tomen decisiones respetuosas), sería una gran señal de alerta que necesitaba para terminar con las cosas antes de que se pusieran menos saludables.