Todos tendemos a basar nuestra opinión sobre alguien en función de cómo se han comportado previamente.
Si tus padres no aceptaron la responsabilidad de la paternidad y te dejaron herirte y descubrirlo por ti mismo, no vas a confiar en su juicio, ¿verdad? Incluso años después.
Si le dio información confidencial a alguien y la difundió por todas partes, no va a confiar en que esa persona sea discreta en el futuro, ¿verdad?
Entonces, si esta persona que amas te ha lastimado de alguna manera, no vas a volver a confiar en ella con tu corazón, ¿verdad?
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Es posible reconocer que todos somos humanos, y así perdonar. Pero la forma en que se comportaron seguirá informando tu opinión de esa persona durante mucho tiempo: has aprendido que son capaces de hacer lo que sea que te lastime y no protegerán tu corazón.
Dicho esto, las parejas pasan por momentos difíciles juntos. Si uno comete un error y se disculpa sinceramente, es evidente que está arrepentido, el otro puede comenzar a dejarlo pasar. Pero durante mucho tiempo recordarás que son capaces de hacerte daño: si lo hicieron una vez, ¿está en ellos hacerlo de nuevo?
Tienen que volver a ganar su respeto y confianza. No con flores, regalos, ni diamantes. Tendrán que comportarse como una persona amable y confiable, y demostrar que su comportamiento desafortunado fue fuera de lugar.
Con el tiempo, a medida que prueben su valía y cuiden de tu corazón, gradualmente dejarás de pensar tanto en ello, hasta que te des cuenta de que es historia y confías en él nuevamente.
Pero, la confianza es una forma de inocencia: una vez que ha sido robada, nunca volverás a ser tan inocente del mundo.